El primer día en que nos adentramos en la espesura de la selva, la realidad sobrepasa a todo lo esperado. Al minuto de alejarse de la orilla ya se siente uno perdido (aún unos navegantes como nosotros), no hay senderos, no hay cielo, no hay un momento de descanso para apreciar la belleza del lugar.
Toda la atención se concentra en evitar el siguiente traspié, la rama oculta en la hojarasca, las espinas de una planta de apariencia inofensiva, los insectos, las enormes telas de araña que no puedes romper........ Todo está húmedo y en el aire flota un olor a lodo y hojas podridas. No hay un metro cuadrado sin troncos, que se interponen en tu camino hasta casi aprisionarte.
De pronto, la lluvia, irrumpe con una virulencia tropical, desconocida aún para los ciudadanos de paises mediterraneos.
La selva del Amazonas es la zona más rica del mundo, con gran cantidad de árboles que no son aún conocidos...........se estima que hay más de 50.000. Muchos de ellos, como por ejemplo el cacao, el caucho y la quinina, ya son cultivados. En esa selva vive la quinta parte de todas las especies de aves del mundo y también ...................... los Caboclos.
Los cientos de miles de caboclos (indios mestizos) que viven en la región amazónica en medio de la selva, se asoman al río más grande y poderoso del planeta. El viejo puerto de pescadores de Manaus comienza a bullir a las doce de la noche, con la llegada de las diminutas canoas de los caboclos cargadas de peces o transportando frutas para vender en el mercado.
El Amazonas es un inmenso laberinto de cauces. Los caboclos utilizan estas aguas mansas y abrigadas para establecer sus poblados junto a ellas, ya que toda vida humana depende del río en la Amazonia. (Por eso no hay mejor manera de conocer esta selva inmensa y fascinante que en un recorrido en barco).
El techo y las paredes de sus chozas son de hojas de palmera secas. La iluminación se hace con lamparitas de aceite de un arbol de la selva.
Tienen animales domensticados como papagayos, loros y, como no, monos sobretodo el barrigudo con quien juegan los niños. Tambien acostumbran tener una pequeña serpiente cobra de pintas negras que defiende la casa de los ratones.